¿Necedad o ignorancia?
Realmente es molesto, no lo puedo ocultar y creo que a más de uno le habrá sucedido: Ir en tu bici y toparte con otro pseudos ciclista que viene contra ti porque le dio la gana ir contra el sentido de la circulación o porque sencillamente tuvo pereza de cruzar la calle para ir en el sentido de los autos.
La cuestión es que no sólo es molesto, sino chocante y aunque no lo creas, muy peligroso.
¿Bailamos?
Si alguien duda del peligro que esta situación representa, baste un burdo ejemplo: Cuando vamos a pié en la acera y otro individuo viene exactamente frente a nosotros, es muy común que ambas personas elijan el mismo lado para continuar su caminar y después de dos o tres pasos laterales, terminemos por reí y decirle: ¿bailamos? Bueno, de ahí no pasa puesto que al caminar no desarrollamos una gran velocidad, pero ¿qué sucede cuando vamos rodando? ¡Cuidado¡ Más de una vez lo he visto e incluso lo he vivido. Si elijo ir por mi derecha, el otro ciclista también lo hace; si opto por la izquierda y él tipo hace lo mismo. Lo mejor es frenar, nunca intentes adivinar.
Es verdad que emplear una bicicleta te permite ir por muchos sitios en donde jamás podrías hacerlo en un automóvil, pero eso no significa que tienes el derecho de hacer lo que te venga en gana, y me refiero principalmente a rodar en contra sentido.
Un real absurdo
En ocasión he escuchado un comentario o argumento realmente muy torpe y tonto que afirma que ir en contrasentido es lo mejor, porque de esa manera el ciclista podrá ver siempre de frente a los automovilistas y así jamás lo tomarán por sorpresa.
Ese razonamiento es tan absurdo que pasará factura al ciclista al llegar al primer crucero peligroso, ya que los automovilistas siempre voltearán en la dirección que vienen circulando los autos, no en contra, por lo que lo más seguro es que el ciclista que se atreva a hacer eso podría quedar en dicha esquina.
Otro ejemplo, porque los hay muchos, son los transeúntes que cruzan la calle; nunca mirarán en contra sentido, siempre lo harán hacia donde vienen los autos, por lo que me ha tocado ver más de una vez como los pseudo ciclistas que van en contra se han estrellado con personas con resultados realmente lamentables y, encima, estos disque pedalistas se atreven a discutir al reclamar a la gente el por qué no se fijan al cruzar la calle, ¡por favor!
Lo anterior sucede en muchas calles de la ciudad, pero lo lamentable es que ocurra en avenidas, donde no se puede transgredir las reglas. Una cosa debe quedar bien clara, ser ciclista no significa que se haga lo que uno quiera de manera impune: también hay reglas e incluso algunas no escritas.
No obstante, esta columna o entrega en mi blog surge de la indignación después de ver como esta falta de respeto por el sentido de circulación es una constante en la ciudad y peor aún en avenidas sumamente transitadas como Paseo de la Reforma, algunas calles del Centro Histórico, Coyoacán y por increíble que parezca hasta en el Periférico.
Pero el caso de Reforma es especialmente decepcionante, ya que a pesar de contar con una ciclopista con claros señalamientos de circulación, éstos son ignorados por los ciclistas que en sus prisas no les importa ir en contra e incluso poner en peligro a quienes si van en el sentido correcto.
No obstante, éste es sólo uno de los diversos aspectos negativos de quienes toman un bici y desconocen las reglas de la urbanidad para rodar; porque no basta con hacer una marcha exhibicionista de ciclistas semidesnudos para lograr el respeto de los automovilistas y los peatones, hay que saber ser ciclistas de verdad y no sólo de ocasión.
No basta subirse a una bicicleta y pedalear para llamarse ciclista; va más allá, es una cultura y una forma de ser.
Para la siguiente entrega, otro punto oscuro de los pseudos ciclistas, los banqueteros, que son otra pesadilla, pero de eso ya hablaremos en la siguiente rodada en la pantalla.
¡Y recuerda, rueda hasta donde tu imaginación te lo permita!
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